Destapan otro supuesto negociado: el hermano de la secretaria de Alberto Fernández gestionó para el Estado negocios vinculados a Vaca Muerta

En el círculo cercano de Alberto Fernández se encuentran hace décadas los hermanos Cantero. Por el escándalo de los seguros, quedó en el centro de la tormenta su secretaria privada, María Cantero, y su hermana, Viviana, que trabaja con Héctor Martínez Sosa, el dueño de una red de aseguradoras que recibieron millonarias comisiones a raíz de la intermediación de las pólizas públicas.

Falta un Cantero en la ecuación: Sebastián, el menor de los tres y a quien el expresidente conoce desde joven, cuando su hermana ya trabajaba con él. Sebastián también se involucró con negocios estatales, aunque esta vez, en Vaca Muerta.

Añelo, Neuquén, es una de las zonas industriales del país en mayor crecimiento. La reserva de petróleo es un imán para los inversiones debido a la construcción del Gasoducto Néstor Kirchner y al supuesto inicio de obras para el Tren Norpatagónico, que debe atravesar el país a lo ancho, entre esa localidad y Bahía Blanca. Ambos proyectos tienen un impacto incalculable en la valorización de la zona. Alrededor de la traza ferroviaria hay miles de hectáreas a ser vendidas o explotadas. El responsable de concretar esas operaciones es Sebastián Cantero.

Cantero no es broker de seguros, sino un hombre del rubro inmobiliario. Hace años que tiene proyectos de desarrollo de infraestructura en Vaca Muerta, pero durante la presidencia de Fernández su injerencia creció. Se presenta públicamente como uno de los desarrolladores del tren. En los papeles originales, no lo era. A mediados del año pasado ganó la licitación para la obra de una unidad transitoria de empresas llamada Lemiro Pablo Pietroboni SA – Sabavisa S.A., pero durante la última etapa de 2023 se puso en el congelador el contrato por la incertidumbre política y económica.

Fuentes del Gobierno aseguraron que el convenio no se puso en marcha y que la resolución preliminar será no ejecutar la obra. Sin embargo, según fuentes de la zona, Cantero se arroga actualmente seguir con las gestiones para que se concrete y tener una empresa en marcha para hacer la playa ferroviaria cerca del yacimiento.

Los que conocen los negocios de la zona refieren que no solamente Cantero ahora se “quedó” con la obra, sino que desde antes se presentaba como el intermediador entre los inversores y el Estado para la concreción del proyecto, que implica inversión pública, pero mayormente privada. Cantero era un designado gestor informal para hacer estos negocios. “Trajo gente de Estados Unidos”, recordó un involucrado.

Al mismo tiempo, una de las empresas de Cantero, Toro Brokers SA, consiguió representar a los dueños de 10.000 hectáreas aledañas por donde pasarían las vías del tren para comercializar. Se ubican a metros del arenal, las oficinas y los almacenes de YPF, todos puntos neurálgicos, con predios que comienzan desde los US$130.000. Según las publicaciones en su página web, se trata de terrenos con escritura inmediata. Además de este proyecto, su inmobiliaria tiene 13 propiedades más a la venta en Nordelta, Puerto del Lago (Escobar), y Ciudad de Buenos Aires.

Las tierras alrededor de la traza fueron donadas al Estado Nacional en una operación condicional a terminar el tren. El incentivo económico es que a partir del proyecto, la valorización de la zona alrededor crecería exponencialmente por la nueva infraestructura y el aumento de la demanda. Esos terrenos pertenecen a una familia histórica de Añelo, los Tanuz. El acuerdo se concretó a través de una firma, Sinescalas SRL, aunque del otro lado quedó comercializando los terrenos Cantero. LA NACION intentó sin éxito contactar a la familia Tanuz.

“Añelo Ciudad Central” se llamará el desarrollo a pasos de Vaca Muerta. “Vamos a generar la infraestructura necesaria para que la industria hidrocarburífera siga creciendo”, dijo Sebastián Cantero a medios de la zona en septiembre del año pasado. En otras entrevistas, se adjudicó gestionar con el Estado y privados que el tren llegue hasta el punto que se designó. Se presentó como “quien llevó acabo las gestiones para las reservas de tierra que posibilitaron que el tren llegue a la ciudad”.

“En su momento, les llevamos una propuesta y que trajo mucha expectativa. Se pidió una extensión de un crédito chino de US$ 200 millones, para la traza, donde hay parte existente y otra que renovar, desde Bahía Blanca hasta Zapala. Y, en el medio de esto, a la altura de Contraalmirante Cordero (en Río Negro), se logró una bifurcación, y crear 77 kilómetros que no existen y no estaban en el proyecto, para llegar hasta Añelo”, dijo Cantero el año pasado. Cerca de Cantero reconocieron a LA NACION que el empresario busca inversiones en los alrededores de Vaca Muerta.

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