Un innovador “electrodoméstico” calienta más que una estufa y ahorra energía

Se trata de paneles solares radiantes que aparecen como una opción innovadora que combina energía renovable con confort térmico.

Actúa con un sistema que captura el calor del sol y lo transfiere al interior del hogar mediante radiación, sin necesidad de forzar el aire ni utilizar resistencias eléctricas tradicionales. El resultado: ambientes cálidos y estables, con un consumo energético mucho menor que el de otros métodos de calefacción.

A diferencia de los paneles solares fotovoltaicos, que generan electricidad, los paneles solares térmicos radiantes se utilizan específicamente para calefaccionar ambientes o incluso calentar agua sanitaria. Funcionan a través de colectores solares un dispositivo que capta la energía del sol y la transforma en calor que luego se distribuye mediante paneles de radiación instalados en pisos, paredes o techos.

Estos paneles suelen estar compuestos por una mezcla de materiales metálicos y conductores que irradian el calor de forma pareja y continua, evitan los cambios bruscos de temperatura y logran un confort similar al de una losa radiante, pero alimentada en gran parte por energía solar.

Paneles solares: ¿por qué calientan más que una estufa y cuáles son las principales ventajas?

A diferencia de las estufas tradicionales -que solo calientan zonas cercanas y resecan el ambiente-, los paneles solares radiantes utilizan radiación infrarroja lejana (FIR) para generar un calor suave, envolvente y saludable, similar al que se siente con los rayos del sol sobre la piel.

Este tipo de calor se distribuye de forma homogénea por todo el ambiente, sin levantar polvo, sin consumir oxígeno y sin resecar el aire, lo que favorece un entorno más confortable y respirable.

Además, al funcionar con energía solar, ya sea directa o almacenada, no requieren electricidad ni gas adicionales, lo que se traduce en un importante ahorro energético. No obstante, pueden combinarse con sistemas de respaldo (como calderas eléctricas o a gas) para asegurar calefacción incluso en días nublados o de baja radiación solar.

A esto se suma la seguridad: no hay riesgo de fugas, sobrecalentamiento ni incendios. Esto los vuelve ideales para hogares con niños o adultos mayores, donde la precaución es fundamental.

Por último, pero no menos importante, una vez instalados, requieren poco mantenimiento y tienen una larga vida útil.

Paneles solares radiantes: ¿cómo se instalan y cuánto cuestan?

Si bien es posible instalar el sistema en viviendas ya construidas, es más simple y económico incorporarlo en etapas de obra o refacción, ya que permite integrar los conductos y paneles con mayor facilidad. La instalación debe ser realizada por personal especializado. El sistema completo incluye:

Funcionan a través de colectores solares que absorben la energía del sol. Foto: Mercado LibreFuncionan a través de colectores solares que absorben la energía del sol. Foto: Mercado Libre
  • Colectores solares térmicos que se colocan en el techo o terraza, orientados al norte.
  • Un tanque de almacenamiento o intercambiador de calor para acumular la energía capturada.
  • Paneles radiantes instalados en el interior del hogar, ya sea en el piso, en paredes o techos.

Paneles solares radiantes: ¿dónde se pueden usar?

Estos paneles son ideales para una amplia variedad de espacios, entre ellos:

  • Dormitorios, salas de estar y cualquier ambiente del hogar
  • Oficinas, consultorios y locales comerciales
  • Cabañas, viviendas rurales o zonas sin acceso a gas
  • Hogares que ya utilizan energía solar o desean pasarse a energías limpias

¿Cuánto cuesta un sistema de paneles solares radiantes en Argentina?

El precio del sistema de paneles solares radiantes para calefacción puede variar ampliamente dependiendo de varios factores, como la marca, el tamaño, la potencia y la tecnología utilizada.

Un sistema básico también dependerá de la cantidad de colectores, tamaño del kit de paneles radiantes y capacidad del tanque. Los valores oscilan entre los $11 y $15 millones para una vivienda mediana.

Si bien la inversión inicial puede parecer elevada, el ahorro en facturas de servicios y la durabilidad del sistema (que puede superar los 20 años) hacen que sea rentable en el mediano y largo plazo.

Clarín

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