“Chau PRO”: Hebe Casado se desafilió del partido de Macri y se unirá a la Libertad Avanza

La vicegobernadora de Mendoza, Hebe Casado, hizo efectiva la desafiliación al PRO, tal como había anunciado dos semanas atrás.

Para formalizar la decisión concurrió a la Justicia Electoral de Mendoza, pero también posteó la imagen en X donde muestra el Registro de Afiliados donde muestra que «No figura en el Registro Nacional de Afiliados».

Además envió una carta al PRO; se despide y da las razones; la finaliza con VVLC (viva la libertad carajo!). Primero cuenta que siempre se dedicó a la actividad privada (es médica), y  luego resalta: «El partido que me abrió las puertas en esa época terminó transformándose en una organización porteño-centrista, donde se eligen las autoridades a dedo, sin respetar ni conocer las realidades del interior del país».

En una breve crónica de los cambios políticos que ha transitado Argentina en los últimos años, señala lo que pudo ser determinante: «El nuevo rumbo me invitaba a querer ordenar el PRO en Mendoza y disputar la presidencia del mismo, sin embargo junto a mi equipo, nos encontramos con un proceso electoral amañado y fraudulento, circunscripto a las
reglas de juego porteñas».

También habla de destrato: «Tras las últimas elecciones internas, y el posterior destrato a las autoridades electas de mi espacio, me vi obligada a replantear mi pertenencia. Después de lo vivenciado, siento que el partido envejeció muy pronto, adoptando vicios de la vieja política, sobre todo con respecto a su funcionamiento interno».

Y es contundente en una de sus frases: «Hoy, el PRO no me representa, es La Libertad Avanza la que lleva adelante la verdadera agenda de la transformación de las bases de la Argentina».

Así, y después de detallar las medidas financieras y sociales que adoptó el gobierno de Javier Milei y lamentando el gradualismo que imprimió el PRO a su gestión «que garantizó la vuelta del kirchnerismo», se despidió con un «VLLC».

Textual: «Chau PRO»

Me dirijo a ustedes a efectos de informarles mi decisión indeclinable de no
seguir formando parte del PRO PROPUESTA REPUBLICANA, por las razones que a
continuación menciono.
Me involucré en 2015 en política mientras trabajaba en el sector privado, donde
lo hice toda mi vida, porque estaba realmente esperanzada en lograr un cambio real,
profundo y decisivo. Porque ví de primera mano cómo todos los que generábamos
trabajo empezábamos a proyectar nuestras vidas fuera del país.
El partido que me abrió las puertas en esa época terminó transformándose en
una organización porteño-centrista, donde se eligen las autoridades a dedo, sin
respetar ni conocer las realidades del interior del país.
Las elecciones presidenciales del 2023 fueron una bisagra en la Argentina, nos
jugábamos el futuro del país, estábamos nuevamente frente a un ballotage y las
opciones eran: seguir con un agotado modelo paternalista de Estado presente o la
oportunidad de iniciar un nuevo camino hacia la libertad. Ante esta encrucijada nuestra
presidenta partidaria, toma la gran, acertada y oportuna decisión de acompañar al
candidato de la nueva Argentina. Todos quienes creíamos que el país merecía esta
oportunidad nos encolumnamos para hacerle frente al único enemigo común: el
kirchnerismo.
Esa misma línea de pensamiento he llevado adelante en mi gestión como
Vicegobernadora de la provincia de Mendoza, siendo leal a mis convicciones de
manera coherente y sostenida. El nuevo rumbo me invitaba a querer ordenar el PRO
en Mendoza y disputar la presidencia del mismo, sin embargo junto a mi equipo, nos
encontramos con un proceso electoral amañado y fraudulento, circunscripto a las
reglas de juego porteñas. A la vista están las múltiples intervenciones partidarias en
varias provincias, entre ellas Mendoza, donde luego de cambiar los miembros de la
junta electoral a gusto y placer de los jefes de Buenos Aires, se procedió a realizar una
elección llena de cuestionamientos, trampas y por supuesto diseñada a medida para
unos que tenían mejores vínculos en la capital. Irónicamente la institucionalidad dejó
de ser una prioridad dentro de la “propuesta republicana”.
Durante el tiempo que formé parte del partido, participé con compromiso y
convicción, creyendo en los principios que, en teoría, nos unían. Sin embargo, tras las
últimas elecciones internas, y el posterior destrato a las autoridades electas de mi
espacio, me vi obligada a replantear mi pertenencia. Después de lo vivenciado, siento
que el partido envejeció muy pronto, adoptando vicios de la vieja política, sobre todo
con respecto a su funcionamiento interno.
La vida interna de los partidos debería ser siempre en post del crecimiento del
mismo, y no en beneficio de sus dirigentes y de sus egos personales.
A ello se le suma una cuestión fundamental: La Libertad Avanza emprendió
el verdadero camino del cambio, llevando adelante las reformas estructurales
necesarias para la tan anhelada (por décadas) estabilidad económica, y que el PRO, a
cargo de la Presidencia de la Nación, no pudo realizar.
Hoy, el PRO no me representa, es La Libertad Avanza la que lleva adelante la
verdadera agenda de la transformación de las bases de la Argentina, falta muy poco
para terminar definitivamente con la inflación, se recortó el gasto público sin negociar
nunca el superávit fiscal, se emprendió la desregulación más ambiciosa de la
historia para liberar al sector privado del Estado kafkiano que lo estaba ahogando, se
terminó con el financiamiento a los movimientos sociales que manejaban la calle y
ahora se respeta el orden público: ésta era la agenda que los votantes y militantes
del PRO queríamos, y no obtuvimos. En su lugar, ofrecimos un gradualismo tan
dilatado en el tiempo que lo único que logró fue mantener el statu quo que garantizó la
vuelta del kirchnerismo en su peor versión, la de Alberto Fernández y Cristina
Fernández de Kirchner.
Cierro esta etapa con la misma convicción con la que inicié mis pasos en política, la de construir un país próspero para mis hijos y seguir defendiendo las ideas de la libertad.
Atentamente, VLLC

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