Axel Kicillof se reunió con Sergio Massa y Máximo Kirchner para definir una estrategia contra el DNU de Javier Milei

En una vertiginosa pulsión política, a partir del envío al Congreso del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), que acelera los tiempos de definiciones entre las variantes partidarias o de coaliciones, Axel Kicillof articula fuerza en la Provincia para frenar la iniciativa del presidente Javier Milei.

Reunió este viernes por la tarde, en la Gobernación, a intendentes, legisladores, con la presencia de Máximo Kirchner y del ex candidato presidencial, Sergio Massa, con el objetivo de articular alguna estrategia que permita frustrar la iniciativa del Ejecutivo nacional. Buenos Aires se revela como la provincia más refractaria al DNU que intenta modificar 300 leyes de desregulación de la economía.

La premura del encuentro con la representación institucional de Unión por la Patria en el mayor distrito del país está determinada por el movimiento sorpresivo y, de gestualidad política muy audaz, realizado desde la Presidencia. Esta iniciativa obliga a todos los niveles de poder representativo a exponer, rápidamente, cómo se ubica en este nueva mapa político. Y con qué intensidad. Hace horas, Kicillof se reunió con dirigentes sindicales, entre ellos Pablo Moyano (Camioneros), quiénes procuran un paro general. No hay uniformidad. La CGT se inclinaría por una marcha antes de la huelga.

Antes de los pitos de fin de año tendrá tratamiento en la Legislatura. Es el propósito anunciado por Kicillof.

En esa vigilia tiene tiempo para acumular masa crítica en contra del DNU. Su cuenta de Twitter todavía despacha: “A espaldas de la división de poderes, (el Presidente) anuncia un decreto que sin necesidad ni urgencia pretende derogar un conjunto de leyes de todo tipo. Así, se propone privatizar todo, desregular todo, destruir derechos de los trabajadores, arrasar con sectores completos de la producción, rifar los clubes de fútbol y el patrimonio de los argentinos. Todo esto, sin pasar por el Congreso que podría sesionar y discutirlo. Le faltó decir ‘democracia: ¡afuera!’”, escribió el gobernador.

Hasta el momento, sólo hay reacciones discordinadas. El gobernador, en esta etapa, apunta a referenciarse como expresión del espacio kirchnerista que se sostiene con Cristina, Máximo, jefes comunales bonaerenses y referencias gremiales en la CTA de Hugo Yasky, nucleamientos específicos (Roberto Baradell), entre otros.

Massa no movió sus piezas, aún, en el Congreso Nacional.

El resto del peronismo orgánico y las variaciones federales escindidas del PJ (Juan Schiaretti y Miguel Angel Pichetto, por ejemplo) tienen posiciones críticas pero moderadas y de buen feeling con Milei.

Los ocho gobernadores partidarios mantienen su propio ritmo. Mientras, pulsean por la devolución de recursos que cedieron con Ganancias. Hasta ahora, los pronunciamientos de mayor oposición corresponden a Sergio Ziliotto (La Pampa) y Ricardo Quintela (La Rioja). Gustavo Melella (Tierra del Fuego ) abordó el rechazo en términos más medidos.

En ese esquema, Kicillof está en la disyuntiva de la resistencia acotada a la Provincia, o la búsqueda de liderazgo de dimensión ambiciosa. Todavía no demuestra aptitudes en la conducción de un espacio tan amplio y heterogéneo como UP.

Por lo pronto, tiene otras urgencias. Primero la necesidad de tomar deuda para los compromisos del estado provincial. Esta tarde, mientras define la estrategia con la audiencia de dirigentes reunidos en la Gobernación, en la Legislatura ingresa el pedido de Endeudamiento por 1.800 millones de dólares. Son para pagar acreencias. La cantidad solicitada es exactamente igual a los vencimientos de deuda que tiene la Provincia en 2024 e incluye el pago de la deuda en moneda extranjera (de capital más interés), producto de la reestructuración de la deuda contraída durante la gestión de Cambiemos.

El gobernador presenta la solicitud en forma autónoma del Presupuesto 2024, que no será tratado por las cámaras.

El Poder Ejecutivo bonaerense explicó que “la Provincia no cuenta con elementos suficientes para elaborar un presupuesto para el próximo ejercicio”. Argumentan que la ausencia de pautas macroeconómicas establecidas por el Gobierno Nacional promovía un “contexto de incertidumbre” que impediría la creación del gasto público a realizar en Buenos Aires. La falta de horizonte financiero queda establecido, además, porque Milei anticipó un corte en la distribución de partidas discrecionales a las provincias y de cuyos giros Kicillof fue el principal beneficiado.

Por eso, la decisión de prorrogar el Presupuesto 2023 hasta tener mayores certezas.

No obstante, con aquellas previsiones de recaudación propia, por los cuatro tributos bonaerenses (Sellos, Ingresos Brutos, Patentes e Inmobiliario), resultaría imposible las prestaciones de servicios esenciales y el pago de sueldos. La inflación disparada en el último período se tragó los montos percibidos por ARBA.

Según el adelanto de Hacienda, a cargo de Pablo López, en el Impuesto Inmobiliario se establecen topes progresivos de crecimiento del gravamen respecto al año anterior, los cuales son ascendentes a mayor patrimonio, por lo que el 90% de los contribuyentes tendrán aumentos iguales o menores al 200%.

«Si tenemos en cuenta que la inflación acumulada entre enero 2023 y febrero 2024 se proyecta en más del 300%, es decir, la mayor parte de las partidas tendrán aumentos por debajo de la inflación», aportaron los responsables de la reforma fiscal.

Clarín

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