El “Río de la muerte”, el monumental cementerio prehistórico que los científicos estudian para reconstruir el final de miles de dinosaurios

Escondida bajo las laderas de un frondoso bosque en Alberta, Canadá, hay una fosa común de escala monumental.

Miles de dinosaurios quedaron enterrados aquí, muertos en un instante en un día de absoluta devastación.

Ahora, un grupo de paleontólogos llegó a esta zona conocida como Pipestone Creek —apodada como «el Río de la muerte» —, para tratar de resolver un enigma de 72 millones de años: ¿cómo murieron?

Para tratar de averiguar qué ocurrió aquí con exactitud se necesita romper la gruesa capa de roca que cubre lo que la profesora Emily Bamforth, quien dirige la excavación, describe como «oro paleolítico».

A medida que su equipo comienza el trabajo más delicado, el de eliminar las capas de suciedad y polvo, poco a poco comienzan a emerger un montón de huesos fosilizados.

Se muestra un hueso de la cadera de un Pachyrhinosaurus fosilizado en piedra en Pipestone Creek.

Fuente de la imagen, Kevin Church/BBC News. Un hueso de la cadera de un Pachyrhinosaurus es uno de los miles de descubrimientos en el arroyo.

«Creemos que ese gran trozo de hueso que hay ahí es parte de una cadera», dice la profesora Bamforth mientras la observa su perro Aster, cuyo trabajo hoy es ladrar si ve a algún oso cerca.

«Aquí tenemos todos estos huesos largos y delgados. Son costillas. Y este es interesante: es parte del hueso de un dedo del pie. Este de aquí no tenemos ni idea de qué es; es un gran ejemplo de un misterio de Pipestone Creek», dice.

BBC News ha llegado a Pipestone Creek para presenciar la enorme escala de este cementerio prehistórico y ver cómo los investigadores están juntando las pistas que ofrece.

En el yacimiento se han recogido miles de fósiles que no dejan de generar nuevos descubrimientos.

El perro de la profesora Bamforth, Aster, se sienta junto a ella sobre las rocas mientras acaricia la cabeza del can, con gente excavando en busca de fósiles al fondo.

Fuente de la imagen, Kevin Church/BBC News. Aster, el perro del profesor Bamforth, realiza tareas de vigilancia.

Todos los huesos pertenecen a un dinosaurio llamado Pachyrhinosaurus. La especie y la excavación de la profesora Bamforth aparecen en una nueva serie de la BBC llamada «Caminando con Dinosaurios», que utiliza efectos visuales y la ciencia para dar vida a este mundo prehistórico.

Estos animales, que vivieron durante el Cretácico Superior, eran parientes del Triceratops. Con unos cinco metros de largo y dos toneladas de peso, estas bestias de cuatro patas tenían la cabeza grande, adornada con una característica cresta ósea y tres cuernos. Su rasgo distintivo era un gran bulto en la nariz, una protuberancia nasal.

La temporada de excavaciones acaba de comenzar y dura cada año hasta el otoño del hemisferio norte. Los fósiles en la pequeña parcela de tierra en la que trabaja el equipo están increíblemente agrupados; la profesora Bamforth estima que hay hasta 300 huesos por metro cuadrado.

Hasta ahora, su equipo ha excavado un área del tamaño de una cancha de tenis, pero el lecho de huesos se extiende un kilómetro dentro de la ladera.

«La densidad de fósiles en la zona nos ha dejado boquiabiertos. Creemos que es uno de los yacimientos de huesos más grandes de América del Norte», nos dice.

Y comenta algo bastante singular para la arqueología: «Más de la mitad de las especies de dinosaurios que se conocen en el mundo se han descrito a partir del hallazgo de un solo ejemplar descubierto. En este caso, hay miles de Pachyrhinosaurus».

Imagen generada por ordenador que muestra un Pachyrhinosaur marrón con la boca afilada abierta, cuernos en la cabeza, con otros detrás comiendo vegetación.

Fuente de la imagen, Walking with Dinosaurs/BBC Studios. El Pachyrhinosaurus tenía unos cuernos distintivos de estilo unicornio, como se muestra en esta imagen generada por ordenador.

Los paleontólogos creen que los dinosaurios migraban juntos en una manada colosal a lo largo de cientos de kilómetros desde el sur, donde pasaban el invierno, hasta el norte, al que iban por el verano.

Se cree que la zona, que tenía un clima mucho más cálido que el actual, tenía una rica vegetación, lo que ofrecía abundante alimento para este enorme grupo de animales herbívoros.

«Se trata de una única comunidad de una única especie animal, extraída de una instantánea en el tiempo, y es una muestra de un tamaño enorme. Eso casi nunca ocurre en el registro fósil», afirma la profesora Bamforth.

Las pistas que ofrecen bestias más grandes

Y esta zona del noroeste de Alberta no solo albergaba al Pachyrhinosaurus. Dinosaurios aún más grandes habitaron estas tierras, y estudiarlos es esencial para comprender este antiguo ecosistema.

A dos horas en coche, llegamos a Deadfall Hills. Para llegar hasta allí hay que atravesar un denso bosque, vadear un río caudaloso y trepar por rocas resbaladizas.

Aquí no hace falta excavar: huesos de gran tamaño yacen junto a la orilla, desprendidos de la roca y limpiados por la corriente, a la espera de ser recogidos.

No tardamos en ver una vértebra enorme, así como trozos de costillas y dientes esparcidos por el barro.

Un gran hueso del dedo gordo del pie en la orilla de un río que serpentea por un escarpado arcén rocoso, bordeado de pinos, donde los investigadores están excavando en las riberas en busca de fósiles de dinosaurios.

Fuente de la imagen, Kevin Church/BBC News. Hueso de un dedo del pie hallado en Deadfall Hills, hogar del Edmontosaurus.

El paleontólogo Jackson Sweder está particularmente interesado en lo que parece ser un fragmento de cráneo de dinosaurio. «La mayor parte de lo que encontramos aquí corresponde a un dinosaurio con pico de pato llamado Edmontosaurus. Si esto se trata de un hueso craneal, estamos hablando de un dinosaurio grande, probablemente de 10 metros de largo», afirma.

El Edmontosaurus, otro herbívoro, vagaba por los bosques como el Pachyrhinosaurus y está ayudando a los paleontólogos a construir una imagen de esta antigua tierra.

Sweder es el director de la colección del Museo de Dinosaurios Philip J. Currie, en la cercana Grande Prairie, a donde se llevan los huesos de estos dos gigantes para su limpieza y análisis. Actualmente trabaja en un enorme cráneo de Pachyrhinosaurus, de unos 1,5 m de largo al que han apodado «Big Sam».

Un hombre con camisa azul a cuadros estudia un hueso gigante en el taller de un museo.

Fuente de la imagen, Kevin Church/BBC News. Jackson Sweder trabaja con «Big Sam» en busca de pistas sobre este mundo antiguo.

Señala el lugar donde deberían estar los tres cuernos en la parte superior de la cresta, pero falta el del centro. «Todos los cráneos que están bastante completos tienen una especie de punta en esa parte. Pero su bonito pincho de unicornio no parece estar ahí».

A lo largo de los años de trabajo en este extraordinario yacimiento, el equipo del museo ha recolectado 8.000 huesos de dinosaurios, y el laboratorio está repleto de fósiles; hay huesos de Pachyrhinosaurus de todos los tamaños, desde jóvenes hasta viejos.

Disponer de material de tantos animales permite a los investigadores conocer la biología de los dinosaurios y responder preguntas sobre el crecimiento de la especie y la composición de la comunidad. También pueden estudiar las variaciones individuales para ver cómo un Pachyrhinosaurus podía sobresalir entre la manada, como podía ser el caso de Big Sam.

Un evento repentino y devastador

Imagen generada por ordenador que muestra un bebé pachirhinosaurio marrón con la boca afilada abierta, cuernos en la cabeza, frotando su cabeza contra la de un adulto, la imagen tomada de lado.

Fuente de la imagen, Walking with Dinosaurs/BBC Studios. La manada de bestias fue probablemente aniquilada en un desastre natural.

Toda esta investigación detallada, en el museo y en los dos yacimienbtos, está ayudando al equipo a responder la pregunta vital: ¿cómo murieron tantos animales en Pipestone Creek al mismo tiempo?

«Creemos que se trataba de una manada en migración estacional que se vio envuelta en algún evento catastrófico que acabó, si no con toda la manada, al menos con una buena parte de ella», sostiene la profesora Bamforth.

«Todos los indicios apuntan a que el suceso catastrófico fue una inundación repentina, tal vez una tormenta sobre las montañas que envió un torrente imparable de agua hacia la manada, arrancando árboles de sus raíces y moviendo rocas», explica la experta.

Bamforth afirma que, en esas circunstancias, el Pachyrhinosaurus no tenía ninguna oportunidad de sobrevivir: «Estos animales no podían moverse muy rápido debido a su gran número, pero además, eran muy pesados en la parte superior y no eran muy buenos nadadores».

Las rocas halladas en el sitio muestran los remolinos de sedimentos de agua que fluye rápidamente, revolviéndolo todo. Es como si la destrucción estuviera congelada en el tiempo como la marca de una ola en la piedra.

Se puede ver una ola en una roca encontrada en el arroyo.

Fuente de la imagen, Kevin Church/BBC News. Se puede ver la marca de una ola en una roca encontrada en el arroyo.

Pero ese día de pesadilla para los dinosaurios es ahora un sueño para los paleontólogos.

«Sabemos que cada vez que venimos aquí, tenemos la absoluta certeza de encontrar huesos. Y cada año descubrimos algo nuevo sobre la especie», afirma Bamforth.

«Por eso seguimos viniendo, porque seguimos encontrando cosas nuevas».

Mientras el equipo recoge sus herramientas para regresar otro día, saben que tienen mucho trabajo por delante. Apenas han arañado la superficie de lo que hay aquí, y hay muchos más secretos prehistóricos esperando a ser revelados.

Antes de que se produjera el desastre, se cree que los Pachyrhinosaurus estaban migrando, como muestra esta imagen computerizada con numerosos animales marrones que cruzan un amplio saliente rocoso con el sol y las nubes proyectando una luz taciturna sobre las exuberantes montañas verdes que los rodean.

Fuente de la imagen, Caminando con dinosaurios/BBC Studios. Antes de que se produjera el desastre, se cree que los Pachyrhinosaurus estaban migrando, como se muestra en esta imagen computerizada.

 

Rebecca Morelle / Editora de Ciencia de la BBC

BBC Mundo

 

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