La policía detuvo a Juan Grabois y desalojó a los manifestantes que tomaron el Instituto Nacional Juan Perón
Un grupo de exempleados, acompañados por dirigentes kirchneristas como Juan Grabois, de UTEP, tomaron este sábado la sede del Instituto Nacional Juan Domingo Perón, en el barrio de Recoleta, para protestar contra su cierre, el despido de sus empleados, y una posible venta del edificio. Fueron desalojados un par de horas después por la policía federal y fuerzas de la ciudad que despejaron la zona y el edificio y, en medio de forcejeos y empujones, detuvieron al dirigente social.
La toma, una “permanencia pacífica”, al decir de los manifestantes, se preveía larga pero duró apenas unas horas. Comenzó pasado el mediodía, cerca de las 14, con una primera llegada de manifestantes que habría ingresado al Instituto por un edificio contiguo, donde funciona un Café que está conectado internamente.
A las 16, unas 100 personas celebraron una asamblea en el patio de la casona, donde Grabois anunció por una megáfono que la medida se estiraría por tiempo indeterminado en protesta por los despidos en el lugar, pero, fundamentalmente como “medida preventiva” frente a una posible venta del edificio, que es patrimonio histórico de la ciudad, remarcó el dirigente social.
La policía llegó al lugar minutos después. Su intervención, sin embargo, se dio una hora más tarde, luego de que el comisario a cargo del operativo pidiera el desalojo y se trenzara en una discusión con Grabois, que exigía una orden judicial.
El intercambio se desarmó y abrió paso a la situación que precedió al accionar policial: los manifestantes, dentro y fuera del edificio, frente a por lo menos unos 50 uniformados, cantaron en favor de Cristina Kirchner, el PJ en general, y contra el Gobierno.
Una nueva dotación de uniformados reforzó el operativo y en un movimiento sincronizado detuvieron a Grabois e ingresaron al edificio por una puerta lateral.
La detención fue de común acuerdo, para evitar la “represión”, según dijeron fuentes en el lugar, pero aun así hubo forcejeos y golpes entre policías y manifestantes, que intentaron evitar la aprehensión del dirigente. La situación se aplacó con gas pimienta y Grabois fue subido a una camioneta de la policía.

La tensión volvió a escalar minutos después cuando un nuevo grupo de uniformados ingresó al edificio por la puerta principal para concluir con el desalojo, pero ya por la puerta principal. Una hilera de policías barrió con el frente del edificio y hubo nuevos forcejeos entre policías y manifestantes.
Previo al operativo, que se dio sin incidentes mayores, el Ministerio de Capital Humano emitió un comunicado con su postura respecto al cierre del Instituto.
“El Instituto Nacional de Estudios e Investigaciones Históricas Juan Domingo Perón contaba con 20 empleados y generaba un gasto anual de más de 400 millones de pesos”, decía el texto. “A pesar de ser un instituto de investigación, la totalidad de su presupuesto era destinado al pago de salarios y mantenimiento de servicios básicos, no habiendo realizado sus autoridades ninguna investigación a los fines de cumplir con el propósito del instituto”, continuaba.
La Nación