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OPINIÓN: We love Scott Bessent

Con 40.000 millones de dólares a disposición de la Argentina, Scott Bessent se está haciendo querer.

Hacía mucho tiempo que los argentinos no queríamos tanto a alguien. Obvio que todos amamos a Messi, a Scaloni y a todos los muchachos que nos dieron la última gran alegría. También queremos a muchos cantantes, artistas en general y, en algún momento de locura colectiva, no faltó quien se encariñara con Alberto cuando todavía el tipo no se había transformado en esta bizarreada que es hoy. Sin embargo, el tiempo pasa y los pueblos necesitan nuevos amores. A veces ese amor llega de la mano de la pasión o del deseo y a veces se da por interés. Sería el caso de nuestro bienamado Scott Bessent.

No es para menos, el tipo está haciendo el inmenso esfuerzo de asegurarnos a los argentinos todos los dólares que necesitamos. Alguien podría pensar que así cualquiera se hace querer. Puede ser, pero a los efectos prácticos podemos decir que este señor expresa un amor que merece ser correspondido.

En principio, puso a disposición de los argentinos unos 20.000 palos verdes pero ahora amplió el límite de la tarjeta hasta 40.000 millones de dólares. Por eso, el vínculo sentimental con Scott es algo que debemos cuidar. Vaya para él esta carta como muestra de amor y gratitud.

Querido Scott:

Antes que nada, gracias. Los argentinos estaremos eternamente agradecidos por tu invalorable ayuda y generosidad. En ningún momento sospechamos que el plan económico no estaría funcionando como dice el presidente, pero un ayudín siempre suma y viene bien. Nadie está pensando en que Caputo y su gente sean unos burros, pero si atrás de todo estás vos dando una manito, uno duerme más tranquilo.

Sabemos que este apoyo no es gratis para ustedes y que están siendo presionados por su propio frente interno. Para ponerlo en palabras más claras, sabemos que a los granjeros de Oklahoma no les gusta que los dólares que ellos pagan con sus impuestos se los presten al gobierno argentino para que Caputo se los fume tratando de mantener el valor del dólar. Hasta ahí algo de razón pueden tener esos granjeros. Sin embargo, hay algo que vos, Scott querido, podrías explicarles para tratar de calmarlos. Veamos.

Muchos de los argentinos que tienen dólares ahorrados los guardan en los bancos americanos. No es que los bancos argentinos no sirvan. Lo que no sirven son los gobiernos argentinos, por eso los ahorristas ponen sus dólares fuera de las garras de cualquier ministro o presidente trasnochado. Sobre todo porque acá solemos tener ministros y presidentes trasnochados.

Esto va más allá de que el dinero sea blanco, como el de casi todos los ahorristas, o negro, como el de casi todos los secretarios de los Kirchner. En la mayoría de los casos, los dólares nuestros se guardan allá. Bien lejos de acá.

Si las regulaciones bancarias norteamericanas son parecidas a las argentinas, o sea que el Tesoro de EE.UU inmoviliza un porcentaje de esos dólares a través de encajes bancarios, eso quiere decir que buena parte de los dólares que tienen los argentinos ahorrados allá están guardados en el Tesoro. No es por asustarte, pero eso es lo que acá el gobierno denomina “reservas”.

Lo que estoy tratando de explicarte, querido Scott, es que el Tesoro norteamericano nos está prestando a los argentinos buena parte de los dólares que nosotros mismos, los argentinos, tenemos depositados allá. O sea, lo que nos estás ofreciendo no son los impuestos que pagan los granjeros de Oklahoma sino los dólares que encanutan en cualquier banco de Miami nuestros queridos rotiseros Quique y Tito. Otro día te cuento quiénes son.

Por otra parte, según trascendió en los medios, ustedes le estarían pidiendo al gobierno argentino que haga acuerdos políticos para garantizar la aprobación de nuevas leyes en el Congreso.

En verdad, amigo Scott, no sé hasta que punto te conviene que se hagan acuerdos porque si estos se lograran empezaría a haber confianza y, si llegara a construirse la confianza, los ahorristas traerían los dólares que tienen afuera y los depositarían en los bancos argentinos en lugar de hacerlo en los bancos norteamericanos. En ese caso, el granjero de Oklahoma tendría todo el derecho del mundo de enojarse con vos porque ahí la guita que nos prestarías sería toda de él.

De todos modos no te preocupes. La idea de superar diferencias y firmar acuerdos acá no va. Se ve que no nos conocés mucho pero creeme que a nuestros principales dirigentes ni se les pasa por la cabeza.

Un supuesto acuerdo o consenso debería firmarse entre los 3 principales referentes de la política nacional, a saber: Milei, Macri y Cristina, esta última en ausencia o trasladada en patrullero y con tobillera.

La realidad es que ninguno de los tres entiende el significado de la palabra acuerdo. El día que enseñaban ese tema faltaron al colegio. Les divierte mucho más la confrontación. “Vamos por todo”, dijo Cristina cuando tuvo su oportunidad. “Haría lo mismo pero más rápido”, dijo Macri y “son unos mandriles”, sigue diciendo Milei.

Podríamos considerar, por fuera de esta trilogía, a Kicillof que apuesta todo a que la tobillera de Cristina, con el calor, se le suelde al radiador del departamento de San José 1111.

El gobierno acusa al gobernador bonaerense de ser un comunista, pero ya sabemos que los de LLA tienen un detector de comunistas que no anda bien. Llegaron a acusar de comunista a Larreta y estuvieron a un minuto de hacerlo con López Murphy. Kicillof, más que comunista, es medio inútil.

Olvidate Scott, acá no va a haber acuerdos. Lamentablemente no tenemos, por ejemplo, un Clinton que juntó a Isaac Rabin con Yasser Arafat en Camp David, les hizo firmar la paz y luego ganar el Premio Nobel. Los nuestros ni se hablan por teléfono.

Por lo tanto hacete a la idea de que vas a tener que seguir mandando dólares por mucho tiempo más. Dios quiera que te alcancen.

De nuestra parte solo caber agradecerte y ponernos a disposición. Sabemos que cada tanto vendés 100 o 200 palos verdes para contener la subida del dólar. Imagino que Caputo y sus amigos te deben hacer un buen precio, pero si sospechás que te están comiendo la billetera no dejes de llamar. Tenemos un cambista amigo que siempre te va a pagar un mango más. Tal vez te mande algunos billetes de 1.000 pesos pero si le avisás con tiempo te consigue todos de 20 lucas. Encima te los manda a domicilio. No creo que el delivery llegue hasta Washington, pero te los puede dejar en la embajada y ahí seguro que se arreglan. Lo vamos viendo.

Por último te pedimos una gauchada. Avisale al personal de servicio de la Blair House en la Casa Blanca, donde esta semana se alojó el presidente Milei, que por favor revisen el placard. Se olvidó la campera 2, la que usa entre la campera 1 y la 3. Dicen que se pone 4, una arriba de la otra.

Es así Scott, no prejuzgues. Son un poco raros, pero deben ser buena gente. Vos seguí mandando.

Un cariño.

Para Clarín, Alejandro Borensztein

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