“Mi querida Diócesis de Chiclayo”: la estrecha relación con Perú del nuevo papa León XIV

El nuevo papa, León XIV, tiene una estrecha relación con Perú, país en el que ha pasado gran parte de su vida y del que es ciudadano desde 2015.

El nuevo pontífice es el agustino estadounidense Robert Prevost, quien desde 1985 ha venido desarrollando labores pastorales en diferentes lugares del país sudamericano, especialmente en el norte.

En 2014, después de muchos años yendo y viniendo entre su Chicago natal y tierras peruanas, el papa Francisco lo nombró obispo de la diocesis de Chiclayo, en el departamento septentrional de Lambayeque.

Su primer mensaje como papa este jueves ha puesto de manifiesto la importancia que le concede a su experiencia peruana.

«Un saludo a todos aquellos, en modo particular, a mi querida Diócesis de Chiclayo, en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto para seguir siendo Iglesia fiel de Jesucristo», dijo en español, dirigiéndose a la multitud reunida en la plaza San Pedro del Vaticano.

La presidenta de Perú, Dina Boluarte, dijo: «Su elección llena de orgullo y esperanza a nuestra nación, que fue su casa, su misión y su fe».

De Chicago a Trujillo

Nació el 14 de septiembre de 1955 en Chicago (Illinois, Estados Unidos), hijo de Louis Marius Prevost, de ascendencia francesa e italiana, y de Mildred Martínez, de ascendencia española.

Graduado en Matemáticas por la Universidad de Villanova, en Pensilvania, donde también estudió Filosofía, Prevost emitió sus votos en agosto de 1981 y se ordenó sacerdote al año siguiente.

Tras completar su formación en Teología en Chicago, y en Derecho Canónico en Roma, y mientras preparaba su tesis doctoral, fue enviado por primera vez a Perú.

Llegó a la misión de los agustinos en Chulucanas, en el departamento peruano de Piura, en 1985.

Y al año siguiente se incorporó a la misión de Trujillo, como director del proyecto de formación común para los aspirantes agustinos de los vicariatos de Chulucanas, Iquitos y Apurímac.

Fueron los primeros contactos con un país que marcaría su vida.

En Trujillo desempeñó diferentes cargos eclesiásticos, antes de regresar a su Chicago natal para asumir un cargo de prior provincial.

Un retrato del cardenal Prevost en una mesa de la Diócesis de Callao junto a una bandera de Perú.

Fuente de la imagen, Getty Images. El cardenal Prevost es recordado por los fieles que le siguieron en Perú.

Pero en 2014 el papa Francisco lo nombró obispo de Chiclayo, cargo que asumió en 2015. Entonces dijo que, en señal de compromiso con el país, solicitaría la nacionalidad peruana.

El Concordato vigente entre la Santa Sede y la República del Perú exige que los obispos sean ciudadanos peruanos.

En 2015, ya como peruano, Prevost fue consagrado obispo de Chiclayo.

Los miembros del clero reaccionan al ver al recién elegido Papa León XIV, Robert Prevost, haciendo su primera aparición en el balcón de la logia central de la Basílica de San Pedro por primera vez, después de que los cardenales finalizaran el cónclave, en El Vaticano, el 8 de mayo de 2025.  (Foto de JEFF PACHOUD/AFP a través de Getty Images)

Fuente de la imagen, Getty Images. El nuevo papa nació en Estados Unidos, pero ha desempeñado distintos cargos eclesiásticos en Perú.

«Se notaba que amaba el Perú»

José Luis Pérez Guadalupe, ministro del Interior peruano entre 2015 y 2016, a quien la correspondió firmar la nacionalización de Prevost y con el que se reunió en numerosas ocasiones, le dijo a BBC Mundo que lo recuerda como «un hombre muy atento y muy reflexivo, que escuchaba más que hablaba».

Pérez Guadalupe es también téologo y criminólogo, y ha trabajado como asesor de los obispos peruanos, por lo que trató a menudo a Prevost.

«Hablabamos de temas pastorales y una de las preocupaciones era que la Iglesia católica estaba perdiendo fieles en América Latina por el aumento de las iglesias cristianas», le explicó a BBC Mundo. «Él era de la opinión de que había que acercar la iglesia a los fieles».

Otro asunto que les tocó tratar fue el de los abusos sexuales a menores dentro de la Iglesia, particularmente espinoso en Perú, donde la influyente comunidad del Sodalicio acumulaba denuncias desde hacía años, hasta que el papa Francisco ordenó disolverla en una de las últimas decisiones de su pontificado.

«La línea de la Conferencia Episcopal peruana era la marcada por el papa Francisco y en esa línea estaba también Prevost», recuerda Martínez Guadalupe.

Sin embargo, Prevost fue acusado de no investigar las denuncias de tres supuestas víctimas de abusos sexuales en la diócesis de Chiclayo, algo que tanto la diócesis como sus partidarios en Perú niegan enfáticamente.

Martínez Guadalupe dijo que, aunque permanecía sobre todo centrado en los temas pastorales, el obispo Prevost «estaba muy atento a la realidad de Perú».

En 2023, cuando Perú vivía una ola de protestas tras la caída del entonces presidente Pedro Castillo que se saldó con decenas de muertos, el entonces obispo Prevost les dijo a los medios peruanos que sentía «mucha tristeza y mucho dolor» y contó que le había pedido al papa Francisco prolongar su estancia en el país.

«Se lo he dicho al santo padre; en cierto sentido no es el mejor momento para dejar el país. Yo quiero seguir acompañando al pueblo», dijo entonces.

Un hombre agita una bandera peruana frente a la Catedral Metropolitana en Lima, tras la elección del Papa León XIV, el 8 de mayo de 2025. Foto de JUAN CARLOS MANDUJANO/AFP vía Getty Images)

Fuente de la imagen, Getty Images. Un hombre ondea una bandera peruana frente a la catedral metropolitana en Lima tras la elección del papa León XIV.

El reverendo Fidel Purisaca Vigil, director de Comunicación de la diócesis de Chiclayo en la etapa de Prevost, le dijo a AP que como obispo siempre desayunaba y oraba junto a otros sacedotes.

«No importaba cuántos fueran los problemas, siempre mantenía el buen humor y la alegría», le contó Purisaca a la agencia en un correo.

Como obispo de Chiclayo, recorrió también Huancayo, en el centro de Perú.

«Fue bastante cercano con nosotros», le dijo el arzobispo de la ciudad, Luis Alberto Huamán, a la cadena peruana RPP, destacando también su «transparencia».

«Por su modo de ser como obispo, se notaba que amaba al Perú», añadió monseñor Huamán.

En su tiempo en Chiclayo, Prevost priorizó la cercanía con los fieles y acercar la institución a estos, coinciden quienes han hablado públicamente sobre su figura.

En 2018 fue elegido vicepresidente de la Conferencia Episcopal peruana y en 2023 el papa Francisco lo llamó a Roma para asumir como prefecto del del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina.

Ese fue el final de su etapa en Perú, pero no de sus lazos con un país al que, como ha dejado claro en su pimer mensaje como papa, lleva en el corazón.

BBC Mundo

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