OPINIÓN: Cristina en el Maipo
Todo está pensado, hasta el balcón. Ni demasiado alto como para que el plano televisivo se complique, ni demasiado bajo como para que se le vea la tobillera.
Sin embargo, hoy la dignidad no está de moda. Visto a la distancia y desde una perspectiva actual, tanto lo de Perón como lo de Isabel parece solemne y hasta medio amargo. Aquello fue poco escandaloso, no tenía morbo, no daba para el chiste fácil y no medía. De todos estos antecedentes se debe haber avivado Cristina cuando se la vio venir.
La elección del departamento de la calle San José fue un acierto. Hasta el balcón parece hecho a medida. Ni demasiado alto como para que el plano televisivo se complique ni demasiado bajo como para que se le vea la tobillera. La altura justa.
Puestos a elegir un lugar para la domiciliaria, el Maipo daba mucho mejor. Se ve que no lo pensaron. De hecho, ya sabemos quién es el misterioso tipo que aparece agachado en el balcón cada vez que Ella sale. Es el apuntador.
En cualquier caso, este episodio de la vida política nacional da comienzo a una nueva temporada de la misma serie de siempre: el no peronismo tratando de ordenar el país para evitar el retorno del populismo y el peronismo transpirando la camiseta para sabotearlo. No hace falta aclarar que todas las temporadas de esta serie han sido muy entretenidas, pero siempre terminaron igual.
Ante este panorama, el gobierno podría cambiar de estrategia y abandonar el delirio para asegurarse que no se le escape ni uno de los 6 millones de votos macristas que se sumaron en el ballotage para hacerlo presidente. Pero no. Por ahora, nada de eso.
Anduvo muy bien Ernesto Tenembaum que en los últimos días fue agraviado desde la cuenta X de Milei en 5 ocasiones sumando 10 puntitos que le permitieron pasar del puesto 16 al puesto 10. Hoy estaría clasificando a la Libertadores.