Cambios para operar con dólares: una crisis para las vacaciones y el fin de la creación más polémica de Massa
El martes se conocerá una resolución que modificará el manejo del comercio exterior; preparan cambios en las transferencias con divisas extranjeras para todos los ahorristas, y el presidente del Banco Central se enfrenta a una amenaza en los cajeros automáticos; madura un nuevo esquema para el sector petrolero.
La amenaza de una crisis acuciante acecha al presidente del Banco Central, Santiago Bausili. Se preparó para pelear contra las corridas cambiarias, las reservas y las Leliq, pero este enemigo es aún más peligroso porque viene de un universo menos conocido: la producción industrial de billetes, que podrían faltar en la Argentina en enero próximo, de acuerdo con información reservada que está en poder del directorio de la entidad.
Son cosas importantes que se esconden debajo de las urgencias financieras. Alberto Fernández y Cristina Kirchner dejaron el país con varias cuentas impagas. Es una paradoja perfecta: la Argentina no tiene plata ni para pagar la plata que importa. Por eso, nadie quiere venderle.
El Estado es dueño de Casa de Moneda, una imprenta que en tiempos normales puede producir todos los billetes que requiere el país. Pero la combinación entre una alta inflación y la negativa del kirchnerismo a hacer papeles de mayor denominación la obligaron a importarlos.
Casa de Moneda necesita pagarles US$11,18 millones a su par brasileña, más de 12 millones de euros a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de España y casi US$7 millones a China Banknote Printing and Minting Corporation para normalizar de forma precaria la provisión de billetes e insumos.